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Galope
Lejos la extraña luz que atraviesa la noche, y más extraña la luz de los poemas, este espacio tan breve que ilumina hacia adentro y nos punza. Como si la distancia que apenas calculamos, se desbocara sola arrastrándonos fuera, lejos de todo. Lejos.
Se parece al deseo de ser nosotros, sí, nosotros mismos ahora, mas no hay nada, no hay almas.
Hay relojes antiguos con delgadas manecillas locas, y lentos medallones de oro prendidos en tu pecho. Como una inmensidad que nos rodea sin sentido, a nada nos reduce y abandona lo suyo.
La soledad es ciega y es salvaje. Sujétate a sus crines despeinadas y agárrate bien fuerte.
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