SARCASMOS.
Discutir con tu esposa es como ser arrestado: todo lo que digas puede
ser , y será usado en tu contra. Así que mejor usas tu derecho a
guardar silencio.
La diferencia entre un terrorista y una mujer encabronada es que con
el terrorista puedes negociar.
Perdona siempre a tu enemigo; no hay nada que lo enfurezca más.
El orgullo no engorda; deberías tragártelo de vez en cuando.
Hoy me pongo a dieta, mañana me meto al gimnasio y pasado mañana dejo
de decir mentiras.
El cerebro es el órgano más importante del cuerpo; funciona 24 horas
al día, todos los 365 del año, desde el instante del nacimiento hasta
que te enamoras.
“¿Cuántos años tiene tu novia?”
“48.”
“Ja, ja, podría ser tu mamá.”
“Sí, pero es la tuya.”
Las mujeres son tan complicadas que cuando se les presenta un príncipe
azul, no es el tono de azul que ellas prefieren.
Por fin he encontrado el punto G de mi mujer; lo tenía la vecina.
Errar es humano, culpar a otro ¡eso es política!
A medida que avanza una discusión, retrocede la verdad.
“¿¿Cómo que perdiste la virginidad, mija???”
“¡¡¡Pues también dónde la ponen, mamá!!!”
Una discusión con una mujer tiene dos puntos de vista: el de ella y el
equivocado.
Todas las mujeres tienen algo hermoso, aunque sea una prima lejana.
Un hombre jamás debe hablar mal de una mujer; esa es labor de sus amigas.
A mí, las mujeres que se destacan sólo por su físico no me dicen nada;
es más, ni me dirigen la palabra.
Cuando ya no quieras volver a ver a una persona, préstale dinero.
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