Oh! Mi niña linda, juguetona y a veces malcriada
Quisiera este verso a ti consagrar
Y que en tu mente suene, cual canción inalterada
Con la cual me recuerdes sin parar
A pesar que el tiempo sin demora nuestra niñez arrebató
Y con él, nuestra inocencia se marchó
Sigo recordando y anhelando nuestro juego de hace rato
Al burlarnos aquella tarde de aquel mamarracho.
Aun puedo sentir mi corazón rebosante de alegría,
Aun puedo sentir tu esencia
Oh! Amada mía, a pesar de tu rebeldía
Aun yace en mí, tu fragancia, tu belleza, y tu presencia.