Berlín
Hay dos bares, y enfrente de cada bar un muro.
En uno se apalancan estudiantes que piran clase, delincuentes comunes, jóvenes radicales, algún que otro yonqui.
En el otro se sientan estudiantes universitarios, licenciados, deportistas y matrimonios con sus hijos.
A veces paso por allí, pero nunca me quedo a tomar nada. Aún no he decidido en cuál de los dos muros
me tengo que sentar.
David González
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