Extendemos nuestras manos,
nos amamos sin tocarnos,
el espacio sideral disminuye el infinito;
un abrazo imaginario
nos recorre suavemente;
brisas frescas boreales
nos somete a sus instintos.
Escribimos un beso en la distancia
y robamos el sabor de nuestros cuerpos,
adormeces en mis piernas
mientras suspiro en tu cabello,
una luz inmaculada
pinta sueños en tus dedos.
Una caricia, un verso,
navegando de la mano por el cielo.
Danzando al son de nuestro anhelo
en la paz de una sonrisa que nos calma.
Divino, humano y celestial,
ilusión y realidad:
pacto silencioso de tus ojos con mi alma.