A ESCONDIDAS
Bajo un sauce llorón que había,
de un regazo de ninfa transparente,
te vi una tarde de calor ardiente,
suspirar con liviana picardía.
Te acercaste a mi muy tranquila,
segura de que nadie nos espiaba,
entre la floresta perfumada,
te tuve en mis brazos abrazada.
Lo primero fueron tus besos,
suaves, tiernos y perfumados,
como esas flores de mayo,
que siempre causan desmayo.
JOSE RAUL ( Chile )