El tiempo y yo
Las sombras se alargan
en mi ventana...
se acaba el día
y aún no he desayunado.
Me envuelve un ligero mareo
que gira, y gira.
como el abanico
que cuelga del tejado.
Revolviendo todas mis miserias:
los minutos perdidos
y los segundos ganados.
Los deseos de comer
¡se me olvidaron!
En la interminable lucha
por ganarle al reloj
la prisa me anudó el estómago.
Mi cabeza se bambolea
como si llevara el mundo
suspendido sobre la nuca.
Y los músculos de la espalda
tiran cansados
sosteniendo el esqueleto
que grita iracundo
que quiere estar acostado.
Los desvelos
se parapetan en bolsitas
bajo mis ojos,
susurrándoles continuamente
que están muy cansados.
Y cada parpadeo,
Entonces se hace
cada vez más largo.
Convirtiéndome en la sombra
de lo que soy.
E invitándome a soñar
Con lo que seré mañana.
Cuando el despertador
suene otra vez
y antes de abrir los ojos decida
que clase de día
le daré a mi alma.
Desconozco autor