I
A pesar de mis derrotas,
Y mis heridas aun sangrantes,
te buscaba entre mis años
despedazados y rotos.
Escuchaba tu voz,
en el silbido del viento,
tus besos recorrían mi cuerpo,
en cada una de mis noches.
II
Me hallaste en una tarde,
cuando me abandonaban las fuerzas,
sin esperanza por un amor puro y sincero.
Suavemente llegaste con tu amor a mi vida.
Al fondo de mi camino
solo había soledad, vacío
y en medio de tanto hastío,
solo tu amor resplandecía.
III
Pensaba eras lo que yo esperaba,
la tristeza, mi destructor y verdugo,
abandonó mi alma y entraste tú llenándolo todo.
IV
Me construiste un cielo lleno de estrellas;
me diste los días más maravillosos de mi vida,
me abandone a tu brazos feliz, confiada,
sin importarme si era verdad o mentira.
Todo fue tan corto. !Qué niña yo fui!
no me di cuenta que soñaba despierta,
todo eran quimeras, invente que me amabas
en tus brazos dormida.
¿Porqué, porqué me engañaste?
Hoy nuevamente el agua invasora
de una inmensa tristeza,
anegan mi alma sin ninguna clemencia.
V
Tu engaño recorre mis venas,
infectando mi cuerpo;
destruyendo y destrozando
gran parte de mi vida.
Mis lágrimas y mis años rotos,
que deposité en tus manos,
de golpe a la cara me avientas;
con tus engaños y mentiras.
VI
Pero aunque sea de escombros...
aun de la nada,
porque en nada se convirtió mi vida,
te prometo que he de levantarme.
He de levantarme,
del polvo de la misma tierra
y construiré nuevamente,
esta bendita cabaña
Autor: Mary Torres