Tu voz me despertó un día oculta por el pasar del tiempo, olvidada por la tristeza de la agonía, que despertaba cada vez que pensaba en tu huida.
El miedo me enseñó a olvidarte, el dolor me enseñó a volver a querer, para remendar al corazón de la herida que dejaste.
Las lágrimas la sacaban otros amores con el fuego de la pasión, que dejaban en mi cuerpo, pero que mi llanto volvía a apagar, al sentir vacío el corazón.
Eché a volar con una manada de pájaros para respirar, para sentir el viento, para olvidar.
Y te volví a encontrar roto de nuevo por amor, y ahora es mi turno para consolar y poder devolverte el amor que un día dejé de dar.

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