Vivimos gracias a las ilusiones que nos embargan,
pensando que se cumplirán en algún momento,
pero nos damos cuenta que son poco más que vanas,
haciendo que desaparezcan en un tormento.
Ahora la desilusión me ha alcanzado con todo,
haciendo que mi vida se convierta en un pozo,
lleno de tristeza y de sufrimiento sin final,
esperando que ocurra un milagro sin par.