Amanece el recuerdo, de una tarde de otoño, y la vereda maltrecha, y la calle villanueva, y tu ausencia.
Dicen mis labios palabras, y escuchan silencios tus oídos, siento al viento en mi rostro, frío como la distancia de tu alma.
Nuestros besos han muerto, (como todo en este mundo) el punto final ya ha sido escrito, sin embargo en mis sueños, se dibuja tu sonrisa, conmemorando las fechas..., de una vida sin dicha.