Yo quiero secar tus lágrimas, calmar tu dolor,
robarte sonrisas y hacer del mundo el edén que perdimos.
Si yo fuera luna, si yo fuera sol, si fuera camino,
te guiaría siempre hasta que puedas seguir el tuyo.
Seré calor cuando venga el frío.
Seré la luz que vela tus sueños, el amigo que te acompaña.
Iré de tu mano. Estaré ahí por ti.
Siempre que el mundo traiga dolor, estaré ahí por ti.
Yo mitigaré el dolor y por siempre estaré ahí por ti,
para darte calor y cobijo en mis brazos.
Mientras tu alma sea débil, la mía te ayudará a sostenerte,
hasta que por fin puedas vencer el dolor,
hasta que aprendas a sonreír, mi gran amigo.