
 ACASO FUE LA TARDE
Acaso fue la tarde la que escondió en su penumbra el sentimiento y lo durmió.
Acaso fue el cansancio el que envolvió tanta ternura en un colchón de sueños y lo durmió.
Acaso fue el silencio el que atrapó al corazón en un vacío sin ruidos y lo durmió.
Acaso fue el tiempo el que frenó los impulsos en un espacio sin formas y lo durmió.
Acaso fui yo quien invitó a "mí todo" a aplacar la tormenta y lo durmió.
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