EL RETRATO DE UNA MADRE
Hay una mujer,
que tiene algo de DIOS,
por la inmencidad de su amor,
y mucho de ángel
por la incansable solicitud
de sus cuidados.
Una mujer que siendo joven,
tiene la reflexión de una anciana,
y en la vejez,
trabaja con el ardor de la juventud.
Una mujer que si es ignorante,
descubre los secretos de la vida,
con más acierto que un sabio;
y si es instruida
se acomoda a la candorosa
simplicidad de los niños.
Una mujer pobre,
se satisfase con la felicidad
de los que ama,
y siendo rica,
daria con gusto todo su tesoro
por no sufrir en el corazón
la herida de la ingratitud.
Una mujer,
una mujer que siendo vigorosa,
se estremese
con el vaguido de un niño,
y siendo debil, se reviste
con la bravura de un león.
Una mujer,
que mientras vive,
no lo sabemos estimar
por que a su lado todos los
dolores se olvidan.
Pero despues de muerta,
dariamos todo lo que somos
y todo lo que tenemos
por mirarla por un instante,
por recibir de ella
un solo abrazo ,por escuchar un solo
acento de sus labios.
De esta mujer,
no me exijas su nombre,
si no quieres que empañe
con lágrimas esta página....
por que ya lo vi pasar en mi camino.
Autor: Monseñor Ramón Ángel Jara.