Con el tiempo...
Aprendes la sutil diferencia que hay entre tomar la mano de alguien y
encadenar un alma.
Y aprendes que el amor no significa apoyarse en alguien y que la compañía
no significa seguridad.
Con el tiempo...
empiezas a entender que los besos no son contratos, ni los regalos promesas.
Y aceptas tus derrotas con la cabeza en alto, con los ojos bien abiertos, con
la compostura de un hombre y no con el rostro afligido de un niño.
Con el tiempo...
Aprendes a construir todos tus caminos en el hoy, porque el terreno del
mañana, es demasiado incierto para hacer planes.
Por lo tanto...
siembra tu propio jardín y adorna tu propia alma, en vez de esperar que
alguién te traiga flores.
Y así aprenderás que puedes sobrellevarlo todo, que en verdad eres fuerte,
vales mucho y que en cada mañana llega un nuevo amanecer.