Voy, vengo y recorro
la madre naturaleza,
la madre tierra y su corteza.
-Nunca pude serenar mi alma.
Del más recóndito escondrijo,
de sus cataratas o piedras diluidas,
de las cuevas que cobijan larvas
o de las solitarias avenidas de ríos y riachuelos,
solo la flor pudo arrancarme un espasmo y excitarme.
Flores blancas, azules, violetas y multicolores,
o pálidas, invisibles e inmoladas.
Cromáticas bellezas de las cumbres;
Aperladas aguamarinas sumergidas,
o simplemente obscuras mantas que sobresalen en capullo.
Flores que se bañan en las copas nevadas de la altura,
o se descubren a si mismas desérticas, marítimas o soñadoras.
Flores adheridas a la arena
o nacidas en cristalizadas rocas con sabor y tesitura.
Muestras de pureza y mutación.
Enjambres de fragancia y delicia
que en la suave brisa bailan.
Campos sembrados de alhajas opalinas.
Eternas amantes o pequeños querubines apegados a la tierra.
Voy, vengo y recorro
los capullos en su vasta senda.
Mi alma en busca de colores.
Cada una me abre sus pétalos para enredarme.
Aventurero errante y fugitivo.
Tulipanes que en mis manos suavizaron las arrugas.
Pensamientos amarillos, perennes e inquietantes.
Girasoles de la luz y de los astros.
Laicas amapolas o resbaladizas azaleas.
Begonias, dalias, azucenas.
Iris derramadas y acogidas.
Narcisos dorados y apenados
Geranios líricos del amor y el desenfreno.
Rosas que rubrican, entre beso y beso, el amor atardecido.
Rústicos claveles de lágrimas amadas.
Solitarias margaritas que en la soledad se crecen.
Orquídeas ataviadas en los ramos y en los velos.
Todas y cada una se enredan en mi alma.
Aventurero y colibrí sediento, extraigo su dulzura y la delicia.
Voy, vengo y me extasío.
Mi alma en busca de delicia.
Fugaz aventurero trotamundo.
Llevo la flor, la flor exquisita y única
de aquel pórtico profundo y mío
donde el alma recatada se cohíbe.
Soy el viejo aventurero que ante la flor tiembla y se serena.
Llevo la flor, la flor del alma en vuelo,
alegre y vivaracha, jovial y bulliciosa.
Llevo la flor: A ti, a ti Preciosa,
enredada y rubricada, alborotada y bullanguera.
La flor que me apasiona, prende y extasía.
La flor de amor profunda y mía.
Voy, vengo y me revuelco en la alegría.
Te llevo a ti impregnada, preciosa y florecida.
Llevo la flor en el alma florecida.
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