y tus pensamientos para dar lo mejor,

siendo un ejemplo vivo de lo grande 

que es tener a Dios con nosotros.

 

La felicidad llega a través de nuestras acciones, de nuestros pensamientos, de la actitud con la que nos enfrentamos a los problemas y buscamos soluciones...la felicidad no aparece de repente, se va creando poco a poco y no es una cosa que emerge sin saber de dónde ni porqué...tiene una razón, un motivo, y es el resultado de un cúmulo de cosas...

La felicidad es el resultado de una actitud motivadora, de pensamientos positivos, de afirmaciones que generan en nosotros satisfacción y confianza, de procurar aprender de todo aquello que nos ocurre, de reconocer y asumir nuestros errores y permitir que estos nos conviertan en mejores personas, de sentirnos satisfechos al término de cada día y de valorarnos y querernos para que los demás también lo hagan...