¿Qué precio tiene un verso?
Me preguntas.
El mundo te ha enseñado que todo tiene un precio.
¿Cómo podría cotizarse?
Es aroma del alma, esencia del espíritu
destilada en el tiempo y la experiencia,
alfaguara de amor, caudal de soledad,
rayo de luz y sombra oscura,
intangible embelesamiento.
Inspiración divina,
óleo esbozado de un instante,
arpegio del concierto universal,
escultura tallada en el delirio,
danza de signos enlazados.
El verso encierra vida
en la cárcel de estáticas palabras,
metáforas e imágenes
que perfilan la voz del sentimiento,
ritmo del corazón estremecido
en éxtasis de anímica emoción,
cadencia del acento misterioso
que anida en la materia,
pausa que incita a meditar
sobre la trascendencia humana.
El verso ríe o llora,
se escucha en el silencio su clamor,
es único, es irrepetible…
¡No existe en el mercado un justiprecio!.
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