Voy a dejar una huella de la que no querrás marcharte pintaré mi boca... sobre tu espalda desnuda, sobre tus desnudos ojos dejaré mi mar y anclado en el lejano puerto de tus labios la melodía de una tarde en que hubo entregas sin medida.
Dejaré una huella de luna enamorada esa que borda en sus cristales los días de intensa locura hasta que me asegure que no puedas marcharte porque no conoces más que este camino de luces y estrellas de labios con carmín encendido.