No, no fue tan efímera la historia de nuestro amor: entre los folios tersos del libro virginal de tu memoria,
como pétalo azul están mis versos.
No puedes olvidarme: te condeno a un recuerdo tenaz. Mi amor ha sido lo más alto en tu vida, lo más bueno.
Me verás dondequiera: en el incierto anochecer
en los monótonos hilos de la lluvia.
¡Y habrás de recordar!
Esa es la herencia que te da mi dolor, que nada ensalma. ¡Seré cumbre de luz en tu existencia, y un reproche inefable en tu conciencia y una estela inmortal dentro de tu alma!
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