Ellos sienten, se enamoran una y otra vez, lloran como niños, y sonrien como nunca, igual que tú, igual que yo. ¿Acaso ves la diferencia? Tan solo, que lo que tú aún no has vivido y sueñas con hacerlo en un futuro, ellos pueden contarlo y sonreir por el pasado.
Ser viejo, no es tener demasiados años, sino no haber aprovechado cada uno de ellos.
Porque una sonrisa, nunca es vieja ni antigua. Siempre es joven, como la persona que tiene vida para crearla.