Un pintor se encontraba realizando la que él decía era su obra maestra...
llevaba días encerrado pintando sin parar...
uno de sus vecinos estaba totalmente intrigado y
esperando ver tan fantástica obra...
llegó el día en que el pintor acabo su cuadro y
decidió enseñárselo a todo el mundo…se creó mucha expectación y
todo el mundo estaba ansioso por contemplar el trabajo del pintor
que debía ser fabuloso debido al tiempo que había dedicado a pintarlo... La sorpresa fue mayúscula cuando, al descubrir el cuadro,
vieron que lo que había pintado era una gran mancha negra
y nada más...al momento todo el mundo empezó a murmurar
y a mirar de forma rara tanto al cuadro como al pintor...
en ese instante el vecino se acercó al artista y
con un tono jocoso le comentó que no entendía
como había podido estar tanto tiempo pintando para solo presentarles
un gran borrón negro en un lienzo...que eso podría haberlo hecho cualquiera... Todo el mundo esperaba que el pintor se sintiera molesto por aquel comentario
y sin embargo, para su asombro, vieron cómo se dibujaba en su rostro una dulce sonrisa... - Tienes toda la razón estimado amigo...todos somos capaces de pintarlo
y verlo todo negro...pues resulta mucho más fácil a veces,
quedarse con ese color que intentar ver un poco más allá...
pero mi pintura es diferente para cada persona...
yo te pido que elijas un trozo del lienzo e intentes eliminar
esa mancha negra de la que hablas... El vecino se acercó al cuadro y rasco en una esquina
y un precioso tono burdeos asomo por debajo del negro....
el pintor invito a otros a acercarse y
realizar la misma acción...y cada vez que alguien rascaba
un poquito maravillosos colores aparecían bajo aquella mancha negra...
naranjas irisados, verdes brillantes,
azules en todas sus tonalidades y todos los colores que alguien pudiera imaginar...
y poco a poco el negro fue desapareciendo y un maravilloso cuadro lleno de luz