Cuando escuches palabras desafortunadas.
Cuando alguien esté enfadado.
Cuando la maledicencia te demande.
Cuando la ofensa te azote.
Cuando alguien se encoleriza.
Cuando la crítica te hiere.
Cuando escuchas una calumnia.
Cuando la ignorancia te acusa.
Cuando el orgullo te humilla.
Cuando la vanidad te provoca.
El silencio es la amabilidad del perdón
que se calla y espera el tiempo prudente,
por eso es una de las más poderosas herramientas
para construir y mantener la paz.