Así que un día una de ellas capturó una linda mariposa azul con la que pensaba engañar al sabio.
¿Qué vas a hacer?” - le preguntó su hermana.
-Voy a esconder la mariposa entre mis manos y preguntarle al sabio si está viva o muerta.
Si él dice que está muerta, abriré mis manos y la dejaré volar.
Si dice que está viva, la apretaré y la aplastaré. De esta manera,
cualquiera que sea su respuesta, ¡será una respuesta equivocada!
Las dos niñas fueron entonces al encuentro del sabio, que estaba meditando.
-“Tengo aquí una mariposa azul. Dígame, sabio, ¿está viva o muerta?”
Muy calmadamente el sabio sonrió y respondió:
-“Depende de ti... Ella está en tus manos.”
Así es nuestra vida, nuestro presente y nuestro futuro.
No debemos culpar a nadie cuando algo falle:
somos nosotros los únicos responsables por nuestros errores
y malas decisiones.
“Como ocurre con la mariposa azul, nosotros
podemos elegir entre la Vida y la Muerte”