MI ÁNGEL DE LA GUARDA
Tengo un Ángel de la Guarda que aunque en verdad no conozco, siempre cubre mis espaldas eso muy bien reconozco; pues cuando al rezar le invoco, mi incertidumbre poco tarda haciendo renacer de nuevo calma donde reinaba ansiedad y sofoco; ¡Triste aquel que rezando poco espera sosiego en el alma!
Todo cuanto he conseguido que en verdad, tampoco es tanto, me ha costado mucho llanto por todo lo recorrido, pues aun sin ser perseguido he pasado algún espanto, dejando atrás a ese santo que su suerte había perdido, al quedar más compungido que un ciprés del camposanto.
Yo, que creyente soy poco, si, una cosa tengo clara, es que nuestra vida sale cara si nos la maneja cualquier loco; ya que todo lo que veo y toco no pudo hacerlo ningún hada, esas que crean de la nada todo, y sin ningún sofoco:
¡Algo fuera debe haber aunque escépticos seamos, porque el vicio del poder solo ocurre en los humanos, pues a algunos podemos ver, siempre manchadas sus manos!
Joanmoypra
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