TU LUZ SANADORA
Mira en lo más profundo, al centro de tu corazón, y descubre ese pequeño puntito de luz vivamente coloreada. Es un color hermosísimo. Se trata del centro mismo de tu amor y tu energía sanadora. Observa cómo comienza a latir este pequeño puntito de luz, y cómo a medida que late va creciendo hasta llenar tu corazón. Ve cómo se mueve esta luz a través de tu cuerpo, desde la parte superior de la cabeza hasta las puntas de los pies y hasta las puntas de los dedos de las manos. Ahora eres un ser que resplandece con esta hermosa luz de color. Eres tu amor y tu energía sanadora. Todo tu cuerpo vibra con esta luz. Di: «A cada respiración que hago, estoy más y más sano».
Siente cómo esta luz limpia tu cuerpo de la enfermedad permitiendo así que retorne la salud. Permite que esta luz empiece a irradiar desde ti en todas direcciones, que acaricie a las personas que te rodean. Que tu energía sanadora toque a todos aquellos que sabes que la necesitan. Qué privilegio compartir tu amor, tu luz y tu energía sanadora con las personas que necesitan curación. Haz que tu luz entre en los hospitales, sanatorios, orfanatos, prisiones, hospitales psiquiátricos y otras instituciones de desesperación. Que tu luz lleve esperanza, conocimiento y paz.
Haz que tu luz penetre en toda casa de tu ciudad donde hay sufrimiento y dolor. Que tu amor, tu luz y tu energía sanadora lleven consuelo a aquellos que lo necesitan. Entra a las iglesias y ablanda los corazones de los que las dirigen para que actúen verdaderamente movidos por el amor incondicional. La hermosa luz que proviene de tu corazón entra en la sede del gobierno llevando claridad, conocimiento y el mensaje de la verdad.
Que pase por todas las sedes de todos los gobiernos. Elige un lugar del planeta al que te gustaría contribuir a sanar. Concentra tu luz en ese lugar. Puede ser un lugar muy lejano o que está a la vuelta de la esquina.
l, Concentra tu amor, tu luz y tu energia sanadora en ese lugar y ve cómo se equilibra y armoniza. Ve cómo está completo, sano, íntegro. Tómate un momento cada día para enviar tu amor, tu luz y tu energía sanadora a ese determinado lugar del planeta. Somos la gente. Somos los niños. Somos el mundo. Somos el futuro. Lo que damos vuelve a nosotros multiplicado. Y así es.