¿DE QUÉ LLANTA SE TRATA?
Un día soleado, cuatro estudiantes decidieron no asistir a clase. Al día siguiente se excusaron ante su joven profesora diciendo que se les había pinchado una rueda en su coche. Se sintieron aliviados cuando ella les respondió sonriendo: "No se preocupen por los deberes de ayer.
"Les voy a hacer preguntas sobre otro tema. Siéntense en sus lugares, tomen una hoja y un bolígrafo". Los estudiantes se sintieron bastante satisfechos por su astucia. "Esta es la primera pregunta", dijo la profesora: -¿Cuál de las cuatro llantas se pinchó?". Ya podemos imaginarnos el resto…
Esta anécdota ilustra los límites de la mentira. Tarde o temprano ésta se descubre; entonces viene el ridículo y la vergüenza.
A veces estamos muy tentados a decir sólo una parte de la verdad para salvaguardar nuestros intereses, nuestra reputación, o escapar del sufrimiento. Nunca olvidemos que Dios nos ve.
*Reflexiones*
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