En los últimos destellos de luz, que me brinda exuberante, la tarde incandescente. Descubro los sueños que iluminan mi mente.
Son sueños “simples” lejos de hipocresías. ¡No sueños altivos! Sueños de gentes sencillas… Responder al amor con amor. Eludir al dolor. ¡Libar en mi bella flor!
Y ahí, parar las manecillas de mi reloj… Que los días transcurran lentos. Que juntos podamos vivir los momentos. Y en cada atardecer… Amanecer al amor. Contigo envejecer.
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