Siento el andar de mi sangre en estampido
como agitado mar de peces rojos
oigo el latido entrando en barullo y
el volumen acumula su pulso de bramido.
Mis pies de concentrada lava llevan la estructura
atravieso las calles y aparece la sed de la criatura
el adoquín hincha su panza de mi uva sultana
pide mi sangre como copa de vino humana y
sólo el amor de mi muchacha me seda,
caminando ella a mis flancos siento la salud del campanario.
Afino mi oído a su voz de delgada palabra
el cruel torrente fluido merma su escotadura
es mi amor de lado,
clara compañía de hada
armada del agua del islote
de granito y badana
colchón es su amplio pecho lozano,
coloreando su madero de forma
pintada del rojo transvasado de mi sangre sobrante.