Doy gracias por mis muchas bendiciones. Soy próspero.
La gratitud es una actitud poderosa que me lleva hacia una vida más próspera, ya que me ayuda a estar más consciente de las bendiciones de Dios. Tener un corazón agradecido hace que note las pequeñas cosas que me proporcionan gran gozo.
Al apreciar el bien en las experiencias diarias, me doy cuenta de lo próspero que soy. En vez de contemplar pensamientos de carencia, determino sentir gratitud por todas la bendiciones en mi vida.
Tengo tanto por lo cual sentir gratitud: familiares, amigos, ideas creativas y el mundo como un todo —su belleza, calidez y provisión para toda manifestación de vida. Desisto de todo sentido de escasez y abro mis ojos espirituales a la abundancia que me rodea.
Que el mensaje de Cristo permanezca siempre en ustedes con todas sus riquezas.—Colosenses 3:16