MADRIGALEstá la ave en el aire con sosiego, en la agua el pez, la salamandra en fuego, y el hombre, en cuyo ser todo se encierra, está en sola la tierra. Yo sólo, que nací para tormentos, estoy en todos estos elementos: la boca tengo en aire suspirando, el cuerpo en tierra está peregrinando, los ojos tengo en llanto noche y día, y en fuego el corazón y la alma mía.
////
DÉCIMAS BURLÁNDOSE DE TODO ESTILO AFECTADO
[ I ]
Con tres estilos alanos quiero asirte de la oreja, porque te tenga mi queja ya que no pueden mis manos. La habla de los cristianos es lenguaje de ramplón; por eso va la razón de un circunloquio discreto en retruécano y concepto, como en calzas y en jubón.
[ II ]
Amar y no merecer, temer y desconfiar, dichas son para obligar, penas son para ofender. Acobardar el querer, cuando más valor aplique, es hacer que multiplique el miedo su calidad , para más seguridad. (¡Tómate este tique-mique!)
Lágrimas desconsoladas son descanso sin sosiego, y diligencias del fuego, más vivas cuando anegadas. Las memorias olvidadas en la voluntad sencilla son golfo que miente orilla, son tormenta lisonjera, en donde expira el que espera. (¡Qué linda recancanilla!)
El tener desconfianza es tener y presumir, y apetecer el morir mucho de grosero alcanza. Quien osa tener mudanza, se culpa en el bien que asiste; y quien se precia de triste, goza con satisfacción la pena por galardón. (¡Pues pápate aqueste chiste!)
[ III ]
Pero, siendo tú en la villa dama de demanda y trote, bien puede ser que del mote no hayas visto la cartilla. Va del estilo, que brilla en la culterana prosa, grecizante y latinosa: mucho será si me entiendes. Yo vacío piras, y asciendes: culto va, señora hermosa.
[ IV ]
Si bien el palor ligustre desfallece los candores, cuando muchos esplendores, conduce a poco palustre. Construye el aroma ilustre víctima de tanto culto, presintiendo de tu bulto que rayos fulmina horrendo. me entiendes, ni te entiendo: pues cátate que soy culto.)
[ V ]
No me va bien con lenguaje tan de grados y corona: hablemos prosa fregona que en las orejas se encaje. Yo no escribo con plumaje, sino con pluma; pues ya tanto bien barbado da en escribir al revés, óyeme tu dos por tres lo que digo de pe a pa.
[ VI ]
Digo, pues, que yo te quiero, y que quiero que me quieras, sin dineros, ni dineras, ni resabios de tendero. De muy mala gana espero: date prisa, que si no, luego me cansaré yo y perderás este lance. (¡Bien haya tan buen romance, y el padre que le engendró!)
Francisco de Quevedo y Villegas
Fondo/Copyright©2016_By/Marilu_All rights reserved
| | | | | | | | |