Deshojo mis días... como hojas de un viejo calendario. Cae la tarde otoñal, con su color naranja de fuego, se estrella en los cerros matizando el paisaje…
Miro impávido pasar la vida por un amarillento cerco… Escucho el agua que corre por el río con tintes plata y oro.
En el aire… hay olor a hierbas, sigo inmóvil…, miro pasar la vida...
Aún perduran en mí las mil y un palabras que salieran fugitivas de tu boca… Pero cae la tarde y sigo inmóvil... Quiero salir, caminar, saltar, cantar… mas no puedo.
Es culpable el amor que me enseñaste, las palabras de un Benedetti, o un Borges o de Lorca…
Sólo me hablabas de amor…estoy así por el amor que me enseñaste…
Amor que me diste y quitaste…
Saboreo las más dulces palabras que me dieras… Son sólo recuerdos y miro cómo camina el tiempo… y no reacciono, mi alma, mi corazón se fue… te llevaste mi vida...