Se desvanece mi vida entre tus brazos
en la tibieza de
tu cama.
La caricia de tus labios
Humedece mi piel reseca.
Trato de engañarme,
pensar en tiempos que no se agotan
en un escondite
trás el espejo de tu cómoda.
Todo se acerca
y no pediré clemencia
Esperaré inmóvil
mi condena.
A solas emprenderé el camino
sin abrigo ni equipaje
La engañosa rutina de la vida
adormece la certeza de la muerte.
Busco recuperar
tiempos imposibles, congelados
por soles fríos que
eternizan el sueño
del milagro incumplido!!!