David creía saber lo que el niño iba a decir, que le gustaría tener un hermano así, pero lo que el niño realmente dijo, estremeció a David…….
Como me gustaría poder ser un hermano así.
David miró al niño con asombro, y añadió: ¿Te gustaría dar una vuelta? ¡¡¡Ah sí, eso me encantaría!!!
Después de un corto paseo, el niño le miró con sus ojos chispeantes y le dijo:
Señor... ¿No le importaría que pasáramos frente a mi casa?
David sonrió. Creía saber lo que el muchacho quería, enseñar a sus vecinos que podía llegar a su casa en un gran automóvil, pero de nuevo, David se equivocó.
¿Se puede detener donde están esos dos escalones?
Subió corriendo y al rato regresó, pero no venía solo, traía consigo a su hermanito lisiado.
Lo sentó en el primer escalón, mirando hacia el coche.
¿Lo ves Juan? allí está, tal como te lo dije…..su hermano se lo regaló, a él no le costó ni un centavo. Algún día yo te voy a comprar uno igualito, entonces podrás ver por ti mismo todas las cosas bonitas que te he contado.
David, bajó del coche y subió a Juan en el asiento delantero.
El hermano mayor, con sus ojos radiantes, se subió tras de él y los tres comenzaron un paseo memorable.
Ese día, David comprendió lo que Dios quería decirle: "Es más hermoso dar que recibir"
No te olvides de: Dar amor, dar esperanza, dar ánimo....
Dar sin pedir nada a cambio, es un regalo.
Decidamos ser personas predispuestas a DAR a todos los que necesitan, ya que una simple actitud puede cambiar una vida!
“Todo el bien que hagas a tus semejantes, lo habrás hecho para Dios”