Es noche buena, Luces de colores
adornan escaparates, tiendas y casas
mientras se entonan villancicos a lo lejos.
Camino al igual que la gente
de tienda en tienda buscando
regalos para la familia.
Ya con ellos voy por la calle,
la noche es fría,
y observo a la gente que rauda camina.
De pronto encuentro a un pobre niño
a quien nadie caso le hacía,
apenas cubierto y temblando de frío,
de carita pálida y mirada triste
que hacia mí su mano extendía.
El corazón se me estruja y pienso:
¡Oh vida, mira lo que has hecho,
a mí me lo has dado todo y
a este pobre niño, nada!
Es tiempo de compartir,
Cambiemos la indiferencia
Por el amor al prójimo,
Y que esas caritas tristes en esta Navidad
Se tornen en sonrisas de felicidad.