Dios… me duele
“Dichoso el hombre que confía en Dios, porque no quedará defraudado”. Los hombres fallan y desilusionan, Dios no. Que Él te conceda coraje y gracia para abandonarte en Sus brazos paternales.
Dije: – Dios, me duele. Y Dios dijo: – Lo sé.
Dije: – Dios, he llorado tanto. Y Dios dijo: – Para eso te di lágrimas.
Dije: – Dios, estoy tan deprimido... Y Dios dijo: – Por eso te di el brillo del sol.
Dije: – Dios, la vida es dura. Y Dios dijo: – Por eso te di a seres queridos.
Dije: – Dios, mi ser más querido murió. Dios dijo: – El mío también.
Dije: – Dios, es una pérdida tan grande. Y Dios dijo: – Vi el mío clavado en una cruz.
Dije: – Dios, pero tu ser más querido vive. Y Dios dijo: – El tuyo también.
Dije: – Dios, ¿dónde están ellos ahora? Y Dios dijo: – El mío está a mi derecha, el tuyo está en la presencia del que le dio la vida.
Dije: – Dios, duele. Y Dios dijo: – Lo sé... pero te prometí estar contigo hasta el final.
“Descarguen en el Señor todas sus inquietudes, ya que Él se ocupa de ustedes”. “No temas, contigo estoy. Yo te amo”, te asegura Dios.