LA MIRADA
La mirada, qué poder tan admirable.
Capaz de encontrar salida al camino más enmarañado y
Tímida como luna eclipsada por el sol.
Amiga personal de la placidez,
Cómplice inseparable de la tristeza,
Confidente de las amarguras y
Delatora de los pensamientos.
La mirada presume de diferentes colores
que se reflejan alrededor del iris
como espejo silencioso
al manifestarse la alegría
al encontrarse a sí
misma
con otra mirada...
La mirada brilla de emociones
que se esconden en el alma
y se seca cuando la frialdad
no se puede esconder
en los pensamientos...
La mirada, dueña de las percepciones,
Raptora de la sustancia,
Poseedora de un ego infinito y
Naturaleza insoportable,
Aliada de sí misma y celosa de su hermana.
Que por medio de una sonrisa,
Acapara las miradas.
Daniel Fernando Rodríguez Acevedo