Cuando suena la música... cuando llega a mí, siento que me transitan y danzan sus compases que sus mil expresiones afloran a mi corazón de violín, mi alma de arpa, mi sentir de flauta, viento y percusión a cualquier lugar regido por pentagrama y batuta, en el que todo es susurro cálido de viento, escalinata de mármol, paraninfo de belleza, lluvia pertinaz de polvo de estrellas…¡ Magia!. Ensueño , gozo y placer…!.
Me siento sacudida cual alegre campana al vuelo… talán… talán.… Lírico instrumento de viento acorde y estilizado … tirariro.. tirariro. Alegre y feliz, como una campanilla danzarina… tilín, tilín, tilín. Matutino clarín primaveral… tintirintín.. tintirintrín. Verbo universal, de cualquier pasado, presente y futuro, con su toque de corneta …. tuturutú, tuturutú... Jeringonza de júbilo son los platillos,… chinchín…chichín...¡Chinchín!. Mas, el lenguaje del tambor despierta algo en mí... ancestral, primitivo, virulento y salvaje, es la pagana danza de la Madre Tierra, tantarantán… tantarantán… tantarantán…. y transito su ritmo al paso, acompañada de tambor... tan tan, tan,...tantanrantán, tan, tan … tan…, que me estremece, al cálido soplo de su trompeta… tarararí, tarararí, tarararí.
La música es... algo espléndido,que llega y acaricia. Un sentimiento coloso, de difícil expresión, un viaje a la gloria en esa eufonía rítmica, sincopada, entrecortada, o, prolongada sucesión de redondas y blancas..
Mí vocación por ese sueño que siempre se realiza en mí, es eterna. ¡ El más sublime placer de la cadencia y su acorde… Un paladeo de la afinación musicalizada… La más , bendita y sana ¡ Euforia de la Ensoñación y Viaje.!…
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© Ann Louise Gordon 06/02/2014
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