Era yo frágil muñeca de porcelana
en ese oscuro cuarto, ya casi olvidada
Era yo, de ojos tristes y sonrisa falsa
aquella figurilla que nadie miraba.
Era yo, muñeca y mujer tan delicada
en una fría y triste alcoba abandonada
Pero aquel gran día entró el sol por la ventana
iluminó de luces mi apenada cara.
Es que el amor es luz y sol en la mañana
un cantico celeste hecho solo de flama,
Volvió a la vida la niña de porcelana
¡Sonrisas nuevas hay en sus blancas sabanas!
Autor: Veva
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