En las líneas clandestinas yace el amor hecho palabras, hecho verso, hecho poesía. En la gélida noche se oye el llanto enamorado,... lágrimas de viento, lágrimas de soledad, que atraviesan el horizonte para llegar a su destino.
Se oye el clamor desesperado, no esperado. Nadie sacrifica sus lágrimas en banalidades. Todos esperamos lo deseado por ese corazón desesperado. El hielo espina al cuerpo que no es entibiado por ese amor ausente.
El amor duele más que las espinas del gélido invierno. El silencio asusta en las noches en solitario. La ausencia es grito desesperado en el alma enamorada. La ansiedad gana a una pausa en espera, es más fuerte,
es desesperante. Dentro de la angustia aparece la idea de otro cuerpo que acaricie y entibie a esa alma solitaria.
Mejor pide a las estrellas, pide a la luna, que sus intensos brillos alcancen tu corazón frío, lo entibien, lo acompañen, que hablen entre versos y vuelva el enamoramiento, la pausa, la quietud que te da vida y amplía tu sonrisa divina.
Brillen tus ojos morenos que dan gracia a la vida…
no solo tuya…
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