Si pudiera vivir nuevamente mi vida, en la próxima
trataría de cometer más errores.
No intentaría ser tan
perfecto, me relajaría más. Sería más tonto de lo que
he sido, de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad.
Sería menos higiénico.
Correría más riesgos, haría más viajes, contemplaría
más atardeceres, subiría más montañas, nadaría más ríos.
Iría a más lugares adonde nunca he ido, comería más
helados y menos habas, tendría más problemas reales
y menos imaginarios.
Yo fui una de esas personas que vivió sensata y
prolíficamente cada minuto de su vida: claro que
tuve momentos de alegría.
Pero si pudiera volver atrás trataría de tener
solamente buenos momentos.
Por si no lo saben, de eso está hecha la vida
sólo de momentos; no te pierdas el ahora.
Yo era uno de esos que nunca iban a ninguna
parte sin un termómetro, una bolsa de agua
caliente, un paraguas y paracaídas; si pudiera
volver a vivir, viajaría más liviano.
Si pudiera volver a vivir comenzaría a andar
descalzo a principios de la primavera y seguiría
así hasta concluir el otoño.
Daría más vueltas en calesita, contemplaría más
amaneceres y jugaría más con los niños, si tuviera
otra vez la vida por delante.
Pero ya ven, tengo 85 años y sé que me estoy muriendo.