La felicidad y la libertad comienzan con la clara comprensión de un principio:
algunas cosas están bajo nuestro control y otras no.
Sólo tras haber hecho frente a esta regla fundamental y haber aprendido a distinguir entre lo que podemos controlar y lo que no,
serán posibles la tranquilidad interior y la eficacia exterior.
Epicteto
|