TENGO TUS LABIOS
Quizá perdí mi juventud, quizá perdí Lloridas increíbles. Quizá perdí otras cosas, pero tengo la sal ardiente de tus labios.
Una infancia perdí, quizá un deseo de una luz entre pinos y el mar puro. Perdí el cielo del sur, pero ahora tengo la sal y el fuego de tus labios.
Perdí aquel mar, y aquel afán eterno de en él perderme y olvidarme. Perdí más: a mi madre, pero tengo la rosa oscura de tus labios.
Perdí hace tiempo aquel ocio andaluz, puro y tranquilo como el aire. Perdí la paz, pero ahora tengo la gracia honda de tus labios.
De aquella primavera, de aquel ocio sólo el recuerdo y el perfume quedan. Estoy solo y herido, y sólo tengo una luz que besar: la de tus labios.
Sí, perdí mi bahía, donde el tiempo no parecía existir sino soñando. Unos sueños perdí, pero te tengo y contigo a tus labios
¿Perdí a Dios? Una noche sentí oscura la soledad, la muerte entre los brazos. Y helado el corazón. Mas luego tuve la honda caricia de tus labios.
Ya no estaré más solo. Quiera el mundo herir con frío o con puñal mi alma, ya no estaré más solo porque tengo la compañía de tus labios
Jose Luis Cano
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