Quisiera que me entendieras así como tú también quisieras que yo te entendiera, pero a veces no es posible.
Esos son los momentos más tristes y dolorosos,
que más daño nos hacen y los que más temor me provocan.
Reconozco que no soy perfecta, acepto que, a veces...
No soy ni la sombra de lo que desearías que fuera.
Pero no sabes cuánto me esfuerzo por ser esa mujer perfecta que sueñas y anhelas.
Pero mis intentos fracasan y lo único que hago es dañar todo.
Sin darme cuenta despierto en ti la ira o quizás la tristeza;
ya que muchas veces no sé controlar mis impulsos y mucho menos respetar tu espacio…
Culpa innegable de mi tonta soberbia...
Pero es tanto el dolor, que no encuentro forma alguna de reparar el daño que te he hecho.
Es por eso por lo que con el corazón en la mano y con honda tristeza
y arrepentimiento, reconozco mi culpa y mis fallas y t
e pido perdón por todo el dolor que te he causado.
No sé si esto que digo sirva de algo, pues con unas cuantas palabras
no puedo borrar el pasado ni el daño que he causado.
Sé que en este momento estás muy confundido y piensas que
es mejor dejar las cosas hasta aquí, pero hoy te pido que
me des una última oportunidad para demostrarte
cuanto te amo no con palabras sino con el corazón y con actos.