Querido padre:
Siempre te necesito papá, a ti, a tus abrazos y a tus consejos de padre.
Cuando veo que nadie me comprende, corro a tu encuentro y entre risas y canciones te cuento mis historias, pues tú siempre estás dispuesto a escucharme hablar.
Me tomas de la mano y me das besos que abrigan el alma, como sólo un padre puede hacerlo. Atesoro esos momentos especiales que me dedicas para mí solamente, cuando mamá no está.
Dicen que a los padres no se les puede amar, yo digo que a ti papito te amo tanto como amo a mamá, pues eres un hombre íntegro, un hombre sabio en el cual yo puedo confiar.
En este día, papá, quiero regalarte un trozo de mi corazón en forma de carta, para agradecerte ser el padre que eres: un amigo y un confidente de mis aventuras que no a todos les puedo contar.
Eres mi padre, ese hombre que me enseñó a valorar lo que la vida me da. A lo largo de mi vida te has afirmado a Dios como el que más, y a través de mis años has intentado guiarme para ayudarme a no equivocar el camino, me has enseñado que aunque pueda caer una y otra vez, siempre me volveré a levantar, que no todo es justo en la vida, pero que si confío en mí, todos mis sueños lo puedo lograr…
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