Podemos observar el silencio en diferentes cosas. una simple caricia, en silencio, puede trasmitir mucho más que mil palabras.
Cuando observamos a un niño durmiendo podemos ver el silencio en su pequeño rostro. Cuando vemos a un anciano en el jardín sentado en su silla observando las
flores, o un mendigo con su mano estirada pidiendo limosnas, eso dice más quecientos libros de poemas.
¿Y qué hay de los enamorados? Cuando dos ojos se encuentran y una sonrisa ilumina sus rostros, se miran en silencio convirtiendo esos momentos en mágicos.
¿Y cuándo se pide un minuto de silencio para recordar a alguien? En esos sesenta segundos hay más recuerdos que en veinticuatro horas de nuestras vidas.
El silencio nos habla, ese que se encuentra dentro de nosotros en nuestro corazón, cuando
se acaban las palabras, cuando nos quedamos solos, cuando se carga nuestra energía,
cuando llegamos a comprender, y desear disfrutar la poca o mucha vida que nos queda.
Escuchamos nuestra voz interior.
Si nos sentamos cómodamente, observamos a nuestro alrededor, cerramos los ojos, y
dejamos que la calma nos invada, dejamos que el silencio nos posea, llegamos a
comprender que la vida es un tesoro, dejemos las preocupaciones a un lado, nos relajamos.
Le damos a nuestra mente y a nuestro corazón un viaje maravilloso a un mundo mágico de paz. Contemplamos dentro de nosotros esa sensación agradable de escuchar
nuestra voz interior llamándonos a vivir plenamente, y revelando los misterios del universo. Solo en profundo silencio podemos comprender lo que significa estar vivo.
¿Crees en el poder del silencio?
"Cuando las palabras no son mejores que el silencio, es mejor no pronunciarlas"