Cierto
día , caminando por la playa reparé en un hombre que se agachaba a cada
momento, recogía algo de la arena y lo lanzaba al mar . Hacía lo mismo una y
otra vez.
Tan
pronto como me aproximé me di cuenta de que lo que el hombre agarraba eran
estrellas de mar que las olas depositaban en la arena, y una a una las
arrojaba de nuevo al mar.
Intrigado
, lo interrogué sobre lo que estaba haciendo, a lo cual me respondió :
-
Estoy lanzando estas estrellas marinas nuevamente al océano. Como ves, la
marea es baja y estas estrellas han quedado en la orilla, si no las arrojo al
mar, morirán aquí por falta de oxígeno.
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