Cada camino es
uno entre un millón.
Por
ende, no hay que olvidar que un camino no es más que eso.
Si
piensas que no debes seguirlo, no te quedes en él bajo ninguna circunstancia.
Un
camino no es más que un camino.
Que
lo abandones cuando tu corazón así te lo indique no significa ningún
desaire a ti mismo ni a
los demás.
Pero tu decisión de seguir esa senda o apartarte de ella no debe ser producto
del temor ni la ambición.
Te
advierto: examina cada camino atentamente. Pruébalo tantas veces como te
parezca necesario.