Me acostumbré a jugarme la vida en una palabra
sin saber de mi mismo, a preguntarle a mi corazón sin saber si consentía.
Me acostumbré a tu ansiada ternura, a tus pasos para verte y al silencio de las equivocaciones.
Me he acostumbrado a pensar, más que a actuar a vivir, a expresar, sin saber que pasará. Me acostumbré a tí....
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