DEJA DE PREOCUPARTE
Deja ya de preocuparte, de angustiarte tanto...
por el mañana.
Para la inmensa mayoría el mañana... es el hoy.
-Deja ya de preocuparte, de atormentarte...
por tantas cosas secundarias que no necesitas ni
son esenciales para tu vida.
Evitarás muchas congojas.
-Deja ya de preocuparte y de inquietarte...
por nimiedades y por pequeñeces...
que tu mente suele acrecentar, agigantar.
-Deja ya de preocuparte y de apurarte...
por todo aquello que no depende de ti
ni está en tus manos ni bajo tu control.
Eso sí, ten anclada tu voluntad en la del Señor:
«El viento mueve la veleta... no la torre». ¿Tú sé torre!
-Deja ya de preocuparte
y de torturarte por lo que han dicho o lo que dirán.
Tú actúa rectamente...
y sigue adelante. Desaparecerán muchos de tus problemas.
-Deja ya de preocuparte y de inquietarte...
porque no has podido ser...
ni has obtenido aquello que tanto deseabas.
La felicidad estriba en:
«Ser lo que ahora eres...
y buscar la felicidad para los demás».
-Como dice J. Anouilh:
«Las preocupaciones
acaban por comerse las unas a las otras...
y al cabo de diez años
uno se da cuenta que sigue viviendo.